VERONA
Xelo Serrano, 2022 Valencia
Verona, 17 de mayo de 2021
Tu inesperada ausencia es como gota de rocío teñida de helada escarcha. Mi vida, María, es ahora una nave anclada en el desierto, una isla sin agua esperando tu marea.
Aquí estoy, varado en este banco frío del jardín de los Capuletti mientras espero a mi Julieta. Era uno de los lugares más deseados de nuestro recorrido por el Véneto imaginando a Shakespeare escribiendo nuestra propia historia de amor.
Paseo en silencio. Imagino tus caricias por estas calles empedradas de Verona, repletas de pasado y tantas veces soñadas. Me acompaña sin descanso una mariposa negra, revolotea entre mis recuerdos mudos convirtiéndolos en cenizas.
Con pasos torpes y perezosos deambulo hacia laPiazza delle Erbe para contemplar su mercado callejero que con tanto anhelo ansiabas visitar. La fuerza interior, alimento sutil de mi ánimo, ha desaparecido y poco a poco se ha transformando en tristeza.
Rememoro, en este instante, nuestro primer encuentro a finales de verano cuando escuché tu voz. El destino quiso que nos sentásemos juntos mientras proyectaban la última película de Augistine Frizzel La última carta de amor en los cines Albatros de Valencia. Me inundó la sensación de estar junto a la persona más maravillosa del mundo cuando tu mirada y la mía se cruzaron cómplices en la penumbra de la sala.
En el momento de la despedida supe que habíamos dejado de ser dos desconocidos al notar el suave roce de tus labios sobre mis mejillas.
Esas hermosas cartas secretas, empapadas de pasión y de deseo que intercambiaban los protagonistas, me han ayudado en este tránsito incierto y lleno de amargura, a continuar escribiéndote con el alma abatida y la desesperación de no tenerte en este sin ti contigo.
Soy consciente, nunca podrás leer estas cartas que ahora lloro. No por ello dejaré de creer en ti y amarte eternamente.
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