VALENCIA
Óscar Chico, 2022, Valencia
Valencia, 21 de mayo de 2021
Tu inesperada ausencia es como ese rayo de sol que desaparece entre nubes grises cargadas de tormenta y huye con el viento para dejar tras de sí un nítido cielo azul.
María, nuestro hogar todavía conserva la calidez que dejamos antes de nuestro viaje por Italia. Me cuesta recorrer cada rincón y me desplazo desorientado en la noche más profunda. Acaricio con el tacto de mi piel cada detalle: las fotos en las paredes, las cortinas azules entreabiertas de nuestro dormitorio, tu camisa plegada en el estante del armario, tu ropa interior, tus perfumes incompletos, tu agenda violeta desplegada con tus últimas frases... Como ves, no estás lejos.
Abro la ventana. Una ráfaga de aire fresco recorre mi cara. Cierro los ojos. Respiro profundamente. Recuerdo nuestra intimidad, ahora sin dolor. Y acepto mi destino.
Siempre tendré tus ojos azules bajo el cielo despejado de cualquier mañana, la eterna sonrisa de tu boca, las líneas de tu cuerpo mientras caminabas, la dulzura de tu rostro recostado en la cama, nuestros cuerpos enredados, la mirada dulce que me regalabas en cada despedida... ¡Eso es lo que deseo soñar, amor mío!
Hasta ahora, me he sentido como un árbol de otoño, desnudo, sin hojas para cobijarme en estos últimos días. Pero, María, pronto llegará otra nueva primavera y volverá a brotar en mí la savia que necesito para resistir. Pasará esta melancolía y la niebla aferrada a mi alma levantará su vuelo y desaparecerá.
¡Qué hermoso y triste es este momento, qué dificil expresar lo que siento con sinceras y melancólicas palabras de amor!
María, ya no soy ese amasijo de escombros en el que me convertí por tu inesperada ausencia.
Eternamente tuyo
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