Todo comienza con una palabra o una nota de color entre sus manos.
Xelo Serrano transita entre pinceles, lienzos y óleos desordenados. Gracias a ella la portada de la novela Ayla tiene vida y construye el rostro de la protagonista trazando callejas de la vieja Grenoble.
Pero además, en sus ratos libres, escribe historias difíciles de olvidar.
Su aventura literaria comienza alrededor de una mesa de bar, en la playa de la Malvarrosa, una de esas que se asoman al mar y te invitan a la contemplación.
Tres amigos, tres copas de vino a punto de agotarse y tres historias que contar.
De la misma forma que desliza sus lápices sobre la superficie rugosa del lienzo, juega y crea historias con las palabras. Imagina y fantasea como una niña inventando cuentos imposibles en medio de mundos desordenados repletos de color.
Su último microrrelato lo tituló El botín (personalmente yo me hubiese inclinado por La Bansky del pillaje).
Aquí os dejo esta ingeniosa historia que no debía superar más de cien palabras. El inicio estaba pactado y debía comenzar así: LA RATA SONRIÓ EN AQUEL MOMENTO. Al leer el principio , sus ojos comenzaron a brillar y su sonrisa se hizo más alargada. Un torbellino de ideas explosionaron en su interior:
El botín
La rata sonrió en aquel momento por el botín embolsado.
Su primo Pérez gozaba de reconocimiento social pero ella era una artista, !La Bansky del pillaje!
A Pérez lo esperaban con las puertas abiertas, sin embargo su labor era mucho más ardua.
Nunca nadie debería saber que los calcetines desaparecidos en las coladas domésticas eran cosa suya.
Los tenía de todos los colores. Deportivos, ejecutivos, de media, 100% algodón, de hilo de Escocia y sintéticos. Una vez sustrajo un peuco que pertenecía a un caniche.
Su primo poseía un palacio de marfil pero ella uno mucho más mullido y cómodo. Será tonto!
Xelo Serrano
Muy interesante. Xelo es una persona que sabe expresar con emoción las cosas